CONCENTRESE PARA QUE RINDA

La concentración es la capacidad para fijar la atención y mantenerla sobre ciertos estímulos durante un período de tiempo determinado, es decir, es un estado del subconsciente que les permite a los árbitros estar en alerta mental y física ante las exigencias de un partido; les sirve para prestar la atención necesaria y desempeñar de forma efectiva la función arbitral; por todo esto es de gran importancia desarrollar dicho hábito con el fin de lograr mejores resultados.
Necesidad significativa.
Los árbitros necesitan de un elemento muy significativo como la concentración para realizar su labor arbitral de manera eficaz, pues sin ella no podrán lograr una máxima utilización de sus capacidades intelectuales. Mediante la concentración, la mente y el cuerpo aprenden a actuar juntos sin malgastar energía física y mental; este es el estado ideal que permite a los árbitros el vaticinio de un seguro éxito.
Característica principal.
Aunque la concentración y la atención son consideradas frecuentemente como sinónimos, esta última se constituye como característica principal y prerrequisito de la misma. La atención es un mecanismo interno mediante el cual el cerebro elabora e interpreta la información y le da sentido, permite aplicar un especial cuidado a lo que se va a hacer y orientar la mente hacia lo que se está haciendo.
Tipos de atención
Existen dos tipos de atención, la primera es la atención sostenida o aquella mediante la cual se cuida una tarea desde el principio hasta el final, como por ejemplo, el estar pendiente de todas las situaciones que suceden en un partido; y el segundo, es la atención específica que es la que permite advertir solo determinados aspectos, tales como las faltas, amonestaciones, etc. La atención también se puede clasificar como selectiva, limitada y fluctuante.
Factores que afectan la concentración
Existen factores que influyen de manera determinante sobre el proceso de concentración estos son: los problemas derivados de focos atencionales inadecuados, es decir, el quedarse prestando atención a demasiadas señales; la fatiga y reducción de las reservas de sustratos energéticos como el glucógeno muscular; la deshidratación, que no les permite a los árbitros acertar en sus juicios; el cansancio; el estrés; y finalmente los bajos estados de ánimo.
Ejercicios de mantenimiento
En cualquiera de los casos la concentración se puede mejorar con la práctica, si realiza los siguientes ejercicios comprobará que cada día le quedará más fácil concentrarse: inicialmente adhiérase a una rutina, es decir, cronograme su tarea de arbitrar para que ésta sea eficaz; haga algo distinto en el tiempo de descanso, pensar y hablar de otras cosas le ayudan a entrar con mejor disposición; evite soñar despierto en los partidos; muéstrese arbitrando exteriormente interesado mediante su expresión y postura, pues esto motivará su interés interno; y por último, resístase a las distracciones.

No hay comentarios: